“A los tres mosqueteros de la lengua viperina. . .”
Así comienza el correo electrónico de parte del humilde Sr. Lucas a esta servidora.
Sinceramente, no sé de que habla el humilde Sr. Lucas, ya que yo no ando por ahí con faldas del siglo 17, ni con sombreritos estrambóticos ni con espadas ni floretes.
¿Además, como sabe el humilde Sr. Lucas si mi lengua es viperina o no? Quiero que quede claro que jamás y nunca le he enseñado mi lengua a ningún hombre humilde, y menos al humilde Sr. Lucas.
Mildred Casanova
miércoles, 15 de mayo de 2013
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