Esta mañana, 2 de febrero de 2015, a las 3:49 de la madrugada, bajo la esplendorosa luna llena, una mujer detuvo su automóvil en el medio de la calle Ruiz Belvis, frente al número 55, y durante varios minutos, se entretuvo mirando para adentro de la residencia de doña Carlota Aguiar, además de estar "velando" varios automóviles estacionados al cruzar la calle de la residencia de doña Carlota. Luego, la mujer regresó a su carro y empezó a escandalizar el vecindario tocando la bocina, tratando de comunicarse con el residente del apartamento en la residencia de María Ester Herrera. Esto a las 4 de mañana. ¿Cómo lo sabemos? Porque mientras se esperaba la policía, la mujer se puso a llamar por su celular y en la calle se oía sonar un teléfono de adentro del dicho apartamiento, el cual rehusaron contestar por alguna razón.
Se alertó la policía, tanto a la estatal como a la municipal. La reten de la municipal sonó como si se hubiera acabado de despertar de una siesta y luego de varios "¿qué, cómo fue?" se decidió llamar a la Policía Estatal para que investigaran.
Pasaron más de 15 minutos antes que una patrulla se presentara en el lugar e interceptaran a la mujer, que le había dado la vuelta a la cuadra para estacionarse en la esquina de la Ruiz Belvis y la calle Padre Berrios, frente al portón de la residencia de María Ester Herrera, en el 469 Padre Berrios.
La mujer respondiendo a los policías, ofreció documentos y ofreció excusas pero no aclaró el porqué estaba mirando dentro de los automóviles estacionados en el área o mirando hacia la residencia de la Presidenta de la Asociación de Residentes, doña Carlota Aguiar. Tampoco se le oyó explicar por qué estuvo escandalizando con la bocina. Lo curioso del caso es que cuando se le informa a la policía lo sucedido, un patrullero respondió que la mujer no podía haber sido la persona rondando la calle porque "estaba sola."
La mujer o estaba borracha, bajo los efectos de algún narcótico, quizás se presentó a comprar drogas, o a enfrentar un amante-marido-mujer que le está pegando cuernos.
De cualquier modo, a esta mujer "sola" nunca le hicieron la prueba del alcohol y en ningún momento la policía rebuscó el automóvil, teniendo causa probable y a mí como testigo. Aparentemente -- y esta no es la primera vez que ocurre con miembros de la Policía Estatal asignados a Hato Rey Este -- los oficiales favorecen creer lo que le dice una mujer, y a menos preciar toda situación que incluye una "dama", aunque las "damas" no forman escándalos a las 4 de la madrugada en el medio de un vecindario.
Le pedimos al Superintendente de la Policía, que entrene a sus oficiales. La Ley prohíbe las excepciones. Los oficiales que velan por nuestra seguridad tienen que entender que la ley es la misma tanto para los hombres como para las mujeres y no se pueden hacer excepciones basadas en el género de la persona. Las cárceles se desbordan de mujeres y no es porque fueron buenas amas de casas ni madres ejemplares.
Como hemos señalado antes en este foro, la ineptitud en los rangos de la policía asusta. Punto. Y de la Policía Municipal, ni se diga. Que desmantelen el cuartelucho de Hato Rey Este en Jurutungo, y se lo entreguen a los residentes de Quintana para que lo utilicen como un club para jugar dominós, porque para lo que sirven esos supuestos agentes de la ley, cada uno armado y costándole al ciudadano un dineral en salarios. . .
Pobre Puerto Rico. Pobre Floral Park; la urbanización donde los troncos TODAVÍA
Se alertó la policía, tanto a la estatal como a la municipal. La reten de la municipal sonó como si se hubiera acabado de despertar de una siesta y luego de varios "¿qué, cómo fue?" se decidió llamar a la Policía Estatal para que investigaran.
Pasaron más de 15 minutos antes que una patrulla se presentara en el lugar e interceptaran a la mujer, que le había dado la vuelta a la cuadra para estacionarse en la esquina de la Ruiz Belvis y la calle Padre Berrios, frente al portón de la residencia de María Ester Herrera, en el 469 Padre Berrios.
La mujer respondiendo a los policías, ofreció documentos y ofreció excusas pero no aclaró el porqué estaba mirando dentro de los automóviles estacionados en el área o mirando hacia la residencia de la Presidenta de la Asociación de Residentes, doña Carlota Aguiar. Tampoco se le oyó explicar por qué estuvo escandalizando con la bocina. Lo curioso del caso es que cuando se le informa a la policía lo sucedido, un patrullero respondió que la mujer no podía haber sido la persona rondando la calle porque "estaba sola."
De cualquier modo, a esta mujer "sola" nunca le hicieron la prueba del alcohol y en ningún momento la policía rebuscó el automóvil, teniendo causa probable y a mí como testigo. Aparentemente -- y esta no es la primera vez que ocurre con miembros de la Policía Estatal asignados a Hato Rey Este -- los oficiales favorecen creer lo que le dice una mujer, y a menos preciar toda situación que incluye una "dama", aunque las "damas" no forman escándalos a las 4 de la madrugada en el medio de un vecindario.
Le pedimos al Superintendente de la Policía, que entrene a sus oficiales. La Ley prohíbe las excepciones. Los oficiales que velan por nuestra seguridad tienen que entender que la ley es la misma tanto para los hombres como para las mujeres y no se pueden hacer excepciones basadas en el género de la persona. Las cárceles se desbordan de mujeres y no es porque fueron buenas amas de casas ni madres ejemplares.
Como hemos señalado antes en este foro, la ineptitud en los rangos de la policía asusta. Punto. Y de la Policía Municipal, ni se diga. Que desmantelen el cuartelucho de Hato Rey Este en Jurutungo, y se lo entreguen a los residentes de Quintana para que lo utilicen como un club para jugar dominós, porque para lo que sirven esos supuestos agentes de la ley, cada uno armado y costándole al ciudadano un dineral en salarios. . .
Pobre Puerto Rico. Pobre Floral Park; la urbanización donde los troncos TODAVÍA
SE RÍEN de YULÍN.
José Orbi
Floral Park
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